Bodegas Barbadillo: Manzanilla en rama de 1999 y 2000 con otras joyas
Serxu Solares
Bodegas Barbadillo. A veces la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, la suerte de encontrarte en la bodega joyas perdidas, olvidadas, escondidas. Antes de que esto del COVID’19 nos amargara a todos y todas un poco la existencia, revolviendo por mi bodega me encontré una colección de botellas que había adquirido en los años 1999 y 2000, una colección de #manzanilla que la Bodega Barbadillo de Sanlúcar de Barrameda, Capital Española de la Gastronomía 2022, saca al mercado con etiquetas relacionadas con la fauna de Doñana, concretamente sacas de las diferentes estaciones del año.
La añada de 1999 fue la primera en salir al mercado y no hace mucho algunas de estas botellas fueron vendidas por una suculenta suma en una subasta, yo en lugar de guardarlas y tratar de sacar algo de dinero de ellas pues hice lo que a continuación relato, es decir bebérmelas. Estas botellas estuvieron durmiendo durante 21 y 22 años respectivamente para poder disfrutarlas ahora. Algunas las probé con amigos y otras en la tranquilidad de mi casa, donde el análisis siempre es mas profundo y el disfrute también.
Tengo que decir en primer lugar que es increíble la evolución de estos vinos tras todos estos años de guarda, partían de una gran base y esto ayudó mucho, su color amontillado, su complejidad aromática en la que aparecen una buena colección de frutos secos y su extraordinaria boca en la que la elegancia salina deja entrever tostados, avellanados y complejidad absoluta con un largo final.
Barbadillo es una de las bodegas mas importantes del #marcodejerez, instalada en Sanlúcar de Barrameda desde 1821 y haciéndonos disfrutar de auténticas joyas como su amontillado Principe (tuve la suerte de probar una botella con muchos caminos del Rocío y mas de 20 años en manos de mi buen amigo Juan de Sanlucar), el palo cortado Obispo Gascón (otra botella vieja, vieja que me regaló Juan), su manzanilla pasada Pastora, o la famosa Solear que en 2015 fue considerada la mejor manzanilla del mundo por la prestigiosa revista vinícola Wine Spectator. Además hace vinos tranquilos quizá el más conocido sea Castillo de San Diego que comercializan desde 1975.
En los últimos tiempos me has sorprendido especialmente los vinos que comercializan bajo la marca ZEREJ, Jerez de vuelta y media, he podido disfrutar el oloroso, seco, elegante nariz, con una gran complejidad aromática, sabroso, cierto amargor y largo final que invita al siguiente trago. El palo cortado, el vino de los vinos, una de esas rarezas que nos da la crianza biológica que camina hacia la oxidativa, este vino lo tiene casi todo, el atractivo de una manzanilla vieja, la elegancia de un amontillado y la complejidad de un buen oloroso, todos para uno y uno para todos, es sin lugar a dudas el que mas me gustó de los tres. Y el amontillado, tengo claro que cada día me gustan mas este tipo de vinos, cuando lo tiene todo como este solo puedo darles las gracias a Armando Guerra y a Montserrat Molina por haber creado estas auténticas joyas.
Otro de los vinos que tuve la suerte de disfrutar últimamente, regalo de Pepe Robles del despacho de vinos Las Palomas en la Trascuesta de Sanlúcar de Barrameda, fue la manzanilla en rama Nave Trinidad, elaborada en la primogénita de las bodegas de Barbadillo El Toro, 36 botas de este interesante vino que tiene una crianza media de 4 años, la crianza no es nada del otro mundo, muchos de los vinos que te encuentras en cualquier tasca de la ciudad tienen esa media, pero si la selección, el hecho de que esté en rama que siempre le aporta atractivos, mayor complejidad aromática, mas cuerpo, etc.
O su blanco As de Mirabras que es el resultado de una selección de viejas viñas de tierra albariza (característica de Sanlúcar) que se ubican en los históricos pagos de Miraflores, Añina, Macharnudo, Campix y Santa Lucía. No puedo dejar de destacar que coincidiendo con el 200 aniversario de la bodega que se cumplió en el pasado 2021, han sacado al mercado una manzanilla conmemorativa, es una botella que recuerda a las antiguas, elegante y con la etiqueta de 1938 cuando nació Solear, el vino es el mismo que podemos disfrutar normalmente.
En definitiva, estoy seguro que Barbadillo nunca dejará de sorprendernos con placeres vinícolas como estos que describo, la pena que tengo es que ya solo me queda una botella de la añeja manzanilla en rama.